domingo, 11 de noviembre de 2012

Tema 3 (2). Arte Bizantino



Contexto histórico-cultural.

En el s. IV Constantino trasladó la capital del Imperio Romano a Bizancio (Constantinopla d. 330).

A finales del s. IV Diocleciano estableció dos capitales: Roma y Constantinopla.

En 395 Teodosio lo dividió en dos partes: Imperio Romano de Occidente (Roma) e Imperio Romano de Oriente (Constantinopla).

En 476 el rey ostrogodo Odoacro conquistó Roma, quedando sólo el Imperio Bizantino.

Durante el s. VI, con Justiniano, alcanzó su máximo esplendor.

Políticamente se estableció una monarquía centralizada y teocrática.

Prosiguió el proceso de ruralización y feudalización, intensificado con la presión desde el mundo islámico por el este y el sur (desde s. VIII).

Entre 726 y 843 se dio un periodo iconoclasta en lo religioso.

A mediados del s. IX se produjo la primera ruptura con la Iglesia de Roma (cisma de Focio), culminada en 1054: surge la Iglesia Ortodoxa (contraria a la cláusula filioque).

Durante el s. XI el imperio inició un periodo de decadencia.

En 1453 Constantinopla fue tomada por el Imperio Otomano.

Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía.

Continúa la estructura basilical como preferente, aunque tiende a una aceleración del recorrido mediante la repetición de los ritmos: arquerías y mosaicos.

Desde el s. VI se emplean bóvedas de cañón y de aristas sobre columnas y cúpulas semiesféricas sobre pechinas y trompas; se añaden tribunas en los laterales (matronio).

Los capiteles son troncocónicos, a los que se añade un cimacio, que proporciona a los arcos mayor altura y esbeltez; se desarrollan en decoración (vegetal).

Aumentan las construcciones de planta central poligonal.

Se desmaterializa el muro mediante arcos y ventanales (“la cúpula flota”).

Fuerte contraste entre los exteriores austeros y los interiores de gran riqueza decorativa.

Destacan las iglesias de: Santa Sabina y Santa María la Mayor, en Roma; San Apolinar Nuovo, San Apolinar in Classe y San Vital, en Rávena; San Marcos, en Venecia; Santa Sofía, en Kiev; San Basilio, en Moscú.

Iglesia de Santa Sofía.
   *construida entre 532 y 537;
   *planta ligeramente rectangular (77x71);
   *en el centro se sitúa una gran cúpula (56,6 m. de altura y 31,9 de diámetro);
   *rasgos de la cúpula: nervada (40 nervios), intercalándose ventanas que dan luz y aligeran el peso; sostenida por pechinas que se apoyan en cuatro pilares; los empujes se contrarrestan en dos lados con semicúpulas y ábsides escalonados; los otros dos quedan libres, donde se encuentran las tribunas;
   *en el espacio interior se conjuga la luz exterior (ventanas) y la decoración lujosa, dando lugar a un aspecto fantástico;
   *la entrada está precedida por un atrio con nártex;
   *desde 1453 se transformó en una mezquita, que en 1931 fue secularizada.

Decoración musivaria.

El mosaico es un revestimiento de la arquitectura.

Está compuesto por teselas de vidrio, combinadas con láminas de oro, plata y nácar.

Conjugado con la luz exterior, crea ambientes fascinantes.

Pueden ser de temas religiosos o civiles, siempre al servicio del poder imperial.

Cada espacio de la iglesia tiene su imagen:
   *ábside: Cristo = Pantocrátor (majestuoso); Virgen = Teotokos;
   *paredes laterales: comitivas de santos, pasajes de la Biblia;
   *testero de los pies de la cúpula: juicio final;
   *cúpula: profetas rodeando la mano de Dios;
   *pechinas: serafines.

El paréntesis iconoclasta (726-843) interrumpió la representación de imágenes.

Entre los siglos X y XIII hay una renovación de temas:
   *menor hieratismo, alargamiento de figuras y mayor gesticulación;
   *Pantocrátor sobre trono (monarca);
   *Teotokos “indicando el camino” (hodegetría) y con mayor ternura.

Presbiterio de San Vital de Ravena.
   *representación de Justiniano y su esposa Teodora;
   *hieratismo;
   *séquito en disposición procesional;
   *trascendencia del mundo real.