miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mapas evolución geológica (tema 1)

Aquí tenéis los mapas de la evolución geológica:


FINALES ERA PRIMARIA


ERA SECUNDARIA



MEDIADOS ERA TERCIARIA



FINALES ERA TERCIARIA

CUATERNARIA

domingo, 22 de septiembre de 2013

2. Las grandes unidades del relieve


1. Los grandes conjuntos morfoestructurales

El relieve peninsular está formado por una gran variedad de de unidades, que se agrupan en varios conjuntos morfoestructurales. La Meseta Central, por su posición central en la Península, actúa como una gran plataforma de ensamblaje, alrededor de la cual se organizan dichos conjuntos. A ellos hay que añadir dos archipiélagos. De una forma esquemática, así queda organizado el relieve peninsular: 

·        La Meseta  y sus unidades interiores: Submeseta Norte, Submeseta Sur, Sistema Central y Montes de Toledo.
·        El reborde montañoso de la Meseta: Macizo Galaico y Montes de León, Cordillera Cantábrica, Montes Vascos, Sistema Ibérico y Sierra Morena.
·        Las unidades exteriores a la Meseta septentrionales: Pirineos, Depresión del Ebro y Cordillera Costero-Catalana.
·        Las unidades exteriores a la Meseta meridionales: Depresión del Guadalquivir, Cordillera Subbética y Cordillera Penibética.
·        Archipiélagos: Baleares (Mediterráneo) y Canarias (Atlántico).


2. La Meseta  y sus unidades interiores

Meseta Central

Está situada en el centro de la Península, actuando como una plataforma de ensamblaje del resto de unidades de relieve. Está dividida por el Sistema Central en dos partes: la Submeseta Norte (800 m. altitud media); y la Submeseta Sur (600 m.); conforman dos grandes llanuras sedimentarias, colmatadas desde mediados de la Terciaria. La SMN está ocupada por la cuenca del Duero; y la SMS, dividida en la parte oeste por los Montes de Toledo, ocupada por las cuencas del Tajo y el Guadiana. El relieve plano ha sido afectado por la erosión de las aguas fluviales, dando lugar a un modelado horizontal o tabular, con terrazas fluviales, páramos y cerros testigos. En la parte oeste se conservan restos del macizo Hespérico en una extensa penillanura.  

Sistema Central

Divide a la Meseta en dos partes y tiene una orientación este-oeste. Formado por materiales silíceos: granito en las sierras centrales de Gredos y Guadarrama; y pizarras y cuarcitas, en las extremas de Somosierra (este) y Gata (oeste). La altura máxima se encuentra en el Pico Almanzor (2.600 m.), en Gredos. Es característica su tectónica germánica.

Montes de Toledo

Divide por el oeste a la Submeseta Sur en dos cuencas: Tajo y Guadiana. Están formados por materiales silíceos (pìzarras). Tienen una escasa altitud, con máximo en la sierra de Guadalupe (1.600 m.). Es característica su tectónica apalachense.


3. El reborde montañoso de la Meseta

Bordea a la Meseta por el noroeste, norte, este y sur, y lo aísla de las influencias meteorológicas del Atlántico.

Macizo Galaico- Leonés

En realidad ser trata del Macizo Galaico-Duriense, que se prolonga hacia el sur por Portugal. Es la parte más extensa del antiguo Macizo Hespérico, formado por granitos y pizarras. Tienen una progresiva ascensión de oeste a este: bloque litoral, dorsal gallega (Cabeza Manzaneda, 1.780 m.) y Montes de León (Teleno,  2.200 m.), surcados por una red de fallas, tanto de dirección norte-sur como este-oeste; en estas últimas se encuentran las rías. Las costas son abruptas y acantiladas, sobre todo en las Rías Altas. En el Lago de Sanabria (Montes de León) se conservan restos de glaciarismo.

Cordillera Cantábrica

Muralla montañosa de 600 km., paralela a la costa y en dirección este-oeste, lo que dificulta la comunicación norte-sur. El sector occidental (Asturias y N. de León) fue parte del Macizo Hespérico, formado por pizarras y calizas paleozoicas; máximas alturas en Torre Cerredo (2.648 m.) y Naranjo de Bulnes (2.500 m.); se localizan las principales cuencas hulleras. El sector oriental (Cantabria) fue parte del mar Tetis, elevado durante la Terciaria; está formado por calizas. Las costas son abruptas y acantiladas, con terrazas estrechas llamadas rasas.

Montes Vascos

Puente entre la Cantábrica y los Pirineos, fue parte del mar Tetis. Tienen escasa altitud, con máximos en Peña Gorbea y Aizgorri 1.500 m.). Relieve con pliegues uniformes, que dan lugar a una tectónica jurásica.

Sistema Ibérico

Tiene una dirección noroeste-sureste; está dividido en dos sectores, separados por una fosa tectónica por donde discurre el río Jalón. Sector septentrional: hasta la Terciaria fue reborde entre el macizo Hespérico y el mar Tetis; alternancia de materiales silíceos, en las sierras de Urbión y Moncayo (2.300 m.), y los calizos, en las de la Demanda y Cebollera. Sector meridional: formado por calizas; destacan las sierras de Albarracín, Cuenca y Javalambre; son característicos sus paisajes kársticos.

Sierra Morena

Reborde sur del Macizo Hespérico y ahora de la Meseta, de dirección este-oeste. Está formada por granitos, pizarras y cuarcitas. Tiene una escasa altitud (1.300 m. en sierra Madrona), más perceptible por el sur, donde forma un escalón montañoso hacia la depresión del Guadalquivir. Destacan las sierras de Aracena (Hu), Guadalcanal (Se), Hornachuelos (Co), Alcudia (CR) y Madrona (CR). Ha sido objeto de una explotación minera milenaria por la presencia de filones metálicos (cobre, estaño, hierro, plomo…).


4. Unidades exteriores a la Meseta septentrionales 

Pirineos

Istmo con el continente, a modo de barrera montañosa compacta y elevada, de dirección este-oeste y una longitud de 435 km. Están formados por cinco franjas montañosas paralelas: en el centro y de mayor altitud, el Pirineo o eje axial; hacia el norte y el sur, y disminuyendo en altitud, dos Prepirineos interiores y otros dos exteriores. Pirineo axial: franja central que hace de frontera entre Francia y España; formado por granitos y pizarras, fue elevado desde el surco marino en la Terciaria; alcanza las máximas alturas en Huesca (Aneto, 3.400 m. y Monte Perdido, 3.355 m.). Prepirineos interiores: contiguos al eje axial y formados por materiales calizos, elevados y plegados en la Terciaria. Prepirineos exteriores: separados de los anteriores por una sucesión de pequeñas depresiones, como el canal de Berdún (Huesca) o la depresión de Pamplona. Mantiene una fuerte huella del glaciarismo, visible en la erosión y numerosos lagos (ibones).

Cordillera Costero-Catalana

Situada en el NE peninsular y de dirección noreste-suroeste. Longitudinalmente está formada por dos alineaciones montañosas: la Cordillera Litoral, de escasa altura (no llega 800 m.), paralela a la costa y que da lugar a una costa abrupta y acantilada (en Gerona, la Costa Brava); y la Cordillera Prelitoral, en el interior, donde alcanza las máximas alturas, como las sierras de Monseny (1.700 m.), Monteserrat y Montsant; están separadas por la llamada Depresión Prelitoral. La fosa tectónica por donde discurre el río Llobregat la divide, a su vez, en dos sectores: el norte (Montseny), resto del macizo catalana-Balear, está formado por materiales primarios (pizarras y granitos); el sur (Montserrat y Montsant), por calizas elevadas del fondo del mar en la Terciaria.

Depresión del Ebro

Tiene forma triangular y está recorrida por el Ebro en dirección noroeste-sureste. Está cerrada al mar por las cordilleras Costero-Catalana e Ibérica, en cuyo extremo oriental discurre el último tramo del Ebro, que forma el delta más extenso de la Península. Fue un antiguo macizo que desde mediados de la Terciaria fue hundido por los movimientos alpinos, siendo colmatado posteriormente por sedimentos como arcillas, margas, yesos o conglomerados, que permiten un aprovechamiento agrícola óptimo. En la Cuaternaria ha sufrido la erosión fluvial, dando lugar a formas típicas del relieve horizontal o tabular (terrazas fluviales, muelas…).


5. Unidades exteriores a la Meseta meridionales 

Sistemas Béticos

Situados en el SE de la Península, están formados por dos alienaciones montañosas diferentes (Penibética y Subbética), separadas por el Surco Intrabético.

Cordillera Penibética: paralela a la costa mediterránea, se extiende en dirección oeste-este desde el flish del Campo de Gibraltar (areniscas) hasta la sierra de Gata (última emergencia volcánica); perteneció al macizo Bético (Godwana), separado en la Terciaria en el estrecho de Gibraltar; en unas zonas predominan los materiales primarios  (pizarras), como en los Montes de Málaga, Sierra Nevada (Mulhacén,  3.478 m., y Veleta, 3.400 m.) o Filabres; y en otras, los calizos, como las sierras de Ronda, Bermeja o Almijara.

Cordillera Subbética: situada más al norte y de menor altitud que la anterior, tiene una dirección suroeste-noreste, desde el N. de Cádiz y S. de Sevilla hasta el cabo de la Nao (Alicante); está formado por materiales calizos depositados en la antigua fosa Bética, que desde mediados de la Terciaria se elevaron y plegaron; destacan las sierras de Grazalema (Ca), Horconera (Co), Cazorla (Ja) o Aitana (Ali).

Surco Intrabético: sucesión de pequeñas hoyas o depresiones entre los dos sistemas montañosos, con una altitud media de 500 m. y formadas por materiales sedimentarios, lo que permite su aprovechamiento agrícola (cereales y olivar); destacan las hoyas de Antequera, Loja, Granada, Guadix, Baza…; por ella discurre la autovía del 92.

Depresión del Guadalquivir

Tiene forma triangular, está recorrida por el Guadalquivir en una dirección noreste-suroeste y está abierta al Atlántico por el SO. Antiguo golfo marino, colmatado desde finales de la Terciaria por sedimentos de erosión, como arcillas, margas, arenas... Predomina el paisaje alomado, con campiñas fértiles que han sido objeto de una explotación agrícola milenaria. En la desembocadura del Guadalquivir se encuentran las marismas más extensas de la Península. Por el SO predominan las costas anchas, largas y arenosas (Costa de la Luz), surcada en algunas zonas por pequeños acantilados.


6. Los archipiélagos

Baleares

Lo forman las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Cabrera… Prolongación de la cordillera Subbética, consecuencia de la elevación a mediados de la Terciaria desde el fondo del mar Tetis. Es excepción Menorca, un resto del antiguo macizo Catalana-Balear. La máxima altura se encuentra en la sierra de la Tramontana (1.445 m.), al norte de Mallorca.

Canarias

Lo forman las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Situada en la dorsal atlántica, tiene origen en las erupciones volcánicas de la Terciaria; las islas orientales tienen mayor antigüedad. Su relieve es montañoso, alcanzando en el Teide (Tenerife) la máxima altitud de España (3.700 m.). Su carácter volcánico ha dado lugar a formas características, como conos, calderas (Taburiente, en La Palma), cráteres (Teide), pitones de lava, malpaíses…


1. El relieve español

1. Rasgos generales del relieve peninsular e insular

La altitud media es elevada, de 660 m., siendo la segunda de Europa.

La Meseta Central es un bloque central elevado, que actúa como una plataforma de ensamblaje, ocupa una superficie amplia (40%) y tiene una altitud media de 600 m.

Existe una disposición periférica del relieve, aislando las zonas interiores excepto por el SO, con la depresión del Guadalquivir.

Tiene un carácter compacto y macizo, con abundancia de sistemas montañosos, y predominio de costas acantiladas y rectilíneas.

Predomina la orientación O-E de los sistemas montañosos.

Existe una red de corredores naturales que facilitan las comunicaciones.


2. Evolución geológica y formación del relieve

Finales era Primaria (Paleozoico)

Coincide con los movimientos hercinianos. En torno al mar Tetis se encontraban tierras emergidas donde se situaban diversos macizos: Hespérico, al oeste; Ebro y Catalano-Balear, al este; Bético-Rifeño, al sur, en el continente de Godwana; más alejado, hacia el norte, el de Aquitania. Entre los macizos Hespérico y Bético-Rifeño había un ancho brazo de mar, conocido como fosa Bética; y entre los del Ebro y Aquitania, la fosa Pirenaica.

Era Secundaria (Mesozoico) y principios de la Terciaria

Fue un periodo de calma geológica. En las zonas interiores se produjo la erosión de las zonas altas, suavizando las cumbres de los macizos y conformando en algunas zonas penillanuras. En las zonas costeras se sucedieron transgresiones y regresiones del mar, depositándose en los fondos restos de animales marinos.

Era Terciaria

A mediados de esta era se produjeron los movimientos alpinos, que configuraron en lo principal la actual fisonomía de la superficie terrestre y, dentro de ella, de la Península. Generaron una intensa actividad geológica tanto en las zonas emergidas como en las sumergidas.

Los efectos fueron diferentes según los materiales sobre los que actuaron. Los más antiguos (granito, pizarra, cuarcita), de la primaria, tendieron a romperse por su dureza, dando lugar a fallas. Ocurrió, por ejemplo, en el macizo Galaico o en el Sistema Central, en que se configuró la tectónica germánica, donde se alternan bloques elevados (horts) y bloques hundidos (graben). Los materiales de la era secundaria (calizas), más blandos y de mayor plasticidad, se plegaron y con frecuencia emergieron a la superficie desde los fondos marinos. Las formas tectónicas a los que han dado lugar son variadas: jurásica, de pliegues regulares, en los Montes Vascos; alpina, en la Penibética y los Pirineos, con cabalgamientos y, en la primera, también con mantos de corrimiento.

El resultante  se puede sintetizar de la siguiente manera:

   *elevación de las zonas cubiertas por mar en la parte norte, formándose el este de la Cordillera Cantábrica, los Prepirineos, el sur de la Cordillera Costero-Catalana, los Montes Vascos o la mayor parte del Sistema Ibérico;

   *hundimiento del macizo Ebro, dando lugar a la depresión del Ebro;
   *elevación de la parte central del macizo Hespérico, formándose el Sistema Central:
   *formación al norte y al sur del Sistema Central de dos grandes cubetas sedimentarias, cuya colmatación posterior dio lugar a la Submeseta Norte y la Submeseta Sur;
   *formación del estrecho de Gibraltar, que acabó separando del continente Godwana al Macizo Bético, que a su vez dio lugar al Sistema Penibético;
   *elevación del corredor Bético, dando lugar al Sistema Subbético;
   *formación de las islas Baleares;
   *intensa actividad volcánica en la dorsal oceánica, que originó el archipiélago de las Canarias.

Finales de la era Terciaria y era Cuaternaria.

En general fue un periodo de calma geológica, aunque en algunas zonas muy localizadas se manifestó el fenómeno del vulcanismo. Los principales resultantes fueron:

   *formación de la depresión Guadalquivir, consecuencia de la progresiva colmatación del golfo marino situado entre Sierra Morena y los Sistemas Béticos;
   *fin de la colmatación de las grandes cuencas sedimentarias centrales, dando lugar a la Meseta, y de la depresión del Ebro;
   *formación de las pequeñas llanuras litorales, abundantes en el Mediterráneo;
   *formación de la sierra de Gata, efecto del vulcanismo.


3. Variedad litológica



Dependiendo del origen de los materiales de la superficie se van a conformar distintos tipos de suelo, cuya composición permite aprovechamientos variados y diferentes.

Iberia silícea

Tiene sus orígenes en la era Primaria. Está situada sobre todo en el oeste peninsular, aunque también en el eje axial de los Pirineos, el norte de la Costero-Catalana, el norte del Sistema Ibérico, buena parte del Sistema Penibético, etc. Los materiales más abundantes son el granito, la pizarra y la cuarcita. Los suelos que dan lugar son ácidos (pH inferior a 7), que son poco propicios para la agricultura, pero que permiten el aprovechamiento ganadero y forestal.  

Iberia caliza o calcárea

Sus orígenes están en la era Secundaria, formada por sedimentos marinos. Se sitúa sobre todo en el este peninsular. Los suelos resultantes son básicos (pH superior a 7, poco ácidos), siendo su aprovechamiento variado (agrícola, ganadero y forestal), aunque se utilizan con preferencia los cultivos del olivo y la vid.

Iberia arcillosa

Formada a finales de la Terciaria y durante la Cuaternaria. Ocupa las grandes cuencas sedimentarias y las pequeñas hoyas litorales. Los materiales más característicos son arcillas, margas, limos, etc., que han dado lugar a suelos neutros (pH 7), óptimos para la agricultura y donde se concentran las principales zonas cerealísticas.

Zonas volcánicas

Ocupan espacios muy reducidas. Se localizan en la comarca de Olot (Girona), Campo de Calatrava (Ciudad Real), Sierra de Gata (Almería) y en mayor medida en las islas Canarias.


4. Las costas españolas

España dispone de unos 3.500 km. de costa, repartidos entre la península, la mayoría, y los dos archipiélagos. El resultante es una variedad de formas y paisajes, predominando las altas y abruptas como consecuencia de la disposición periférica del relieve montañoso. Es lo que ocurre en el norte, noroeste, el sector mediterráneo andaluz, algunos tramos del Levante y  Cataluña, y los dos archipiélagos. El resto se caracteriza por sus costas bajas y arenosas. 

Costa cantábrica

Se extiende paralela a la cordillera del mismo nombre entre las desembocaduras de los ríos Eo (Ribadeo, Lugo) y Bidasoa (Irún, Guipúzcoa), donde hace frontera con Francia. La parte oriental está ubicada dentro del golfo de Vizcaya y hacia el oeste se encuentran los cabos Machichaco, Ajo y Peñas. La proximidad de la montaña la hace abrupta, estando surcada en su mayor parte por acantilados en cuyo escalón inferior se han formado rasas. Se trata de una costa rectilínea, con escasas playas y algunas pequeñas rías (Bilbao).

Costa atlántica gallega

Ocupa el ángulo NO peninsular, desde Ribadeo hasta la desembocadura del río Miño (Tuy, Pontevedra), donde hace frontera con Portugal. Está  fuertemente condicionada por el Macizo Galaico, que le da un carácter abrupto, con acantilados y numerosas y profundas rías. Éstas suelen dividirse entre las más escarpadas Rías Altas, en Lugo (Vivero) y el norte de La Coruña (Ferrol); y las Rías Bajas, de relieve más suave, que ocupan el oeste de La Coruña y Pontevedra (Arosa, Pontevedra o Vigo). Entre los cabos destacan Estaca de Bares, Ortegal, Touriñán o Finisterre.

Costa atlántica andaluza

Se extiende por el ángulo SO de España desde la desembocadura del río Guadiana (Ayamonte, Huelva), donde hace frontera con Portugal, hasta la Punta de Tarifa (Cádiz), en el Estrecho de Gibraltar. Coincide con el amplio golfo de Cádiz, que conforma en el SO el tramo final de la depresión del Guadalquivir. Se trata de una costa rectilínea, baja y arenosa. Consta de playas largas y abundan diversas formas de cordones litorales, como marismas, dunas, tómbolos, albuferas, etc. En la desembocadura del Guadalquivir se encuentran las marismas más extensas de la Península. En la provincia de Cádiz se sitúan los cabos de Roche, Trafalgar o Camarinal, que dan lugar a tramos de costa acantilados.

Costa mediterránea

Es la que tiene mayor longitud, extendiéndose desde la Punta de Tarifa hasta el Cabo de Creus (Gerona). Adquiere una gran variedad de formas, dependiendo de las condiciones geomorfológicas.

Costa mediterránea andaluza

Se extiende desde la Punta de Tarifa hasta el Cabo de Gata (Almería). La proximidad de la Cordillera Penibética le da en general un carácter abrupto, si bien hay una alternancia de acantilados y playas.

Costa levantina meridional

Se extiende entre los cabos de Gata y de la Nao (Alicante). En el centro se sitúa el cabo de Palos (Murcia), que separa los golfos de Mazarrón y Alicante. Está afectada por la proximidad del sector más oriental de la Penibética y, ante todo, por la Cordillera Subbética. Aunque tiene rasgos similares al sector andaluz, sus playas son más amplias y arenosas, apareciendo diversas formas de cordones litorales, destacando la albufera del Mar Menor (Murcia), la más amplia de la Península.

Costa levantina valenciana    

Se extiende desde el Cabo de la Nao hasta el Delta del Ebro (Tarragona), conformando el Golfo de Valencia. En general se trata de una costa baja y rectilínea, con una sucesión de playas arenosas, salpicadas de cordones litorales, destacando la albufera de Valencia. En algunas zonas la cercanía de la Subbética da lugar a tramos costeros abruptos.

Costa catalana

Abarca desde el Delta del Ebro hasta el Cabo de Creus (Gerona). En el tramo final del río Ebro se ha formado el delta peninsular más extenso. La proximidad de la Cordillera Costero-Catalana da lugar en el sur a una alternancia de acantilados y playas, mientras que en el norte la costa se hace más abrupta, con predominio de acantilados y la existencia de pequeñas calas, característico de la Costa Brava, en Gerona.   

Costa canaria

El relieve montañoso de las islas ha originado el predomino de costas acantiladas, con playas escasas y pequeñas.

Costa balear

Sus rasgos son similares a la costa catalana.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Introducción a la Geografía de España

1. Situación y posición

La mayor parte de los territorios españoles se encuentra en las latitudes templadas del hemisferio Norte. Sólo el archipiélago de las Canarias es una excepción, al encontrarse en la zona cálida, próximo al trópico de Cáncer. La situación de la Península en la parte más meridional y occidental de Europa, entre dos mares y próxima al continente africano le da un carácter de encrucijada, lo que da lugar a su singularidad en relación a otros territorios.

Los puntos geográficos peninsulares más extremos son los que siguen: al norte, el Cabo Estaca de Bares (43º 47’ latitud norte), en Lugo; al sur, la Punta de Tarifa (36º latitud norte), en Cádiz; al este, el Cabo de Creus (7º longitud este), en Gerona; y el Cabo de Touriñán (9º 36’ longitud oeste), en La Coruña. Si tenemos en cuenta los territorios extrapeninsulares, la isla de El Hierro se sitúa tanto en el extremo más occidental (18º 10’ longitud oeste) como el más meridional (27º 55’ latitud norte), y la isla de Menorca en el extremo más oriental (4º 20’ longitud este).  


2. Consecuencias geográficas

En España coexisten elementos diversos y contrapuestos tanto en lo natural como en lo humano que, siguiendo al geógrafo Ángel Cabo, se pueden denominar como estímulos de relación y aislamiento.

Estímulos de aislamiento

Extremo continental (SO) y mediterráneo (O). La Península está situada en la parte más extrema por el oeste y por el sur de las tierras no insulares del continente europeo. A la vez, también lo es, por el oeste, de las tierras que rodean el mar Mediterráneo.

Un país eminentemente peninsular. La mayor parte de sus territorios conforman una península perfectamente definida, que tiene una forma parecida a un pentágono irregular, cuyos vértices principales se encuentran en los cabos de Creus (Girona), al NE; Gata (Almería), al SE; Tarifa (Cádiz), al S; San Vicente (Portugal), al SO; y Estaca de Bares (Lugo), al NO.

Soldadura ístmica montañosa. La Península está unida al continente europeo por un istmo de 435 km. de largo que hace de frontera con Francia. Coincide con un sistema montañoso abrupto, los Pirineos, formado por varias alineaciones paralelas en dirección E-O que alcanzan en la mayor parte de su eje axial 2.000 m. de altura y en su parte central, más de 3.000 m. (Aneto, Monte Perdido…). Todo esto contribuye a que el aislamiento de la Península haya sido mayor que otras penínsulas europeas.

Disposición periférica del relieve. Se trata de sistemas montañosos que, situados en los rebordes de la Meseta o exteriores a ella, aíslan al interior de las influencias externas

Configuración maciza. La abundancia de zonas montañosas y la existencia en la parte central de una gran meseta, eleva la altitud media a 660 m. y hace que el 60% del territorio supere los 500 m. de altitud. La mayor parte de las costas son abruptas, lo que realza el carácter macizo.

Estímulos de relación

Puente euroafricano. La Península se encuentra próxima al continente africano, separada por el estrecho de Gibraltar, que en su distancia más corta, desde Tarifa, tiene 14 km.

Nexo marino. También está situada entre dos mares: el Mediterráneo, por el este; y el Atlántico, por el oeste, junto con el mar Cantábrico, situado al norte.

Relación mediterránea. Este mar se caracteriza por estar casi cerrado, ser tranquilo y disponer de un circuito interno de corrientes marinas, lo que ha facilitado la comunicación entre las poblaciones situadas en su entorno. El circuito discurre en dirección oeste-este, por el sur; y este-oeste, por el norte.

Circuito atlántico. El océano tiene unas características que facilitan la comunicación natural con el continente americano desde el siglo XV. Se trata de la corriente fría de Canarias, que parte del SO peninsular hasta el archipiélago; los vientos alisios, que soplan en dirección NE-SO en las latitudes tropicales y, por tanto, en Canarias; la corriente cálida del Golfo, que parte del mar Caribe en dirección oeste-este, llegando un ramal a las costas del oeste peninsular.

Archipiélago destacado. Las islas Canarias se encuentran en las latitudes tropicales, frente a la costa sahariana. La pertenencia a la corona de Castilla en el siglo XV facilitó la llegada América y su posterior colonización.


3. Unidad y variedad

Los términos Península Ibérica y España tienen una naturaleza diferente, al aludir el primero a un espacio físico y el segundo a una entidad política. Iberia fue el nombre con que se conoció a la Península en el mundo griego, mientras que Hispania, derivado del nombre fenicio Ispnya (tierra de conejos), fue el nombre empleado en el mundo romano desde el siglo –III y que prosiguió durante el periodo visigodo hasta el siglo VIII. Durante la Edad Media se emplearon indistintamente los términos Españas o España para referirse al conjunto de los distintos reinos situados en el territorio peninsular, quedando finalmente, tras un largo proceso histórico, el término de España para referirse al estado que ocupa la mayor parte de la Península.

La superficie total de la Península es de 580.000 km2, que en un 85% corresponden a España, un 15% a Portugal y apenas el 0,1% a Andorra y Gibraltar. La frontera hispano-portuguesa se extiende por el oeste a lo largo de 1.200 km., mientras que la hispano-francesa es de 435 km. El litoral peninsular es de 5.850 km., de  los cuales 3.900 corresponden a España, es decir, el 67% del total.

España es un estado con una superficie de unos 505.000 km2. La mayor parte, el 98%, está situada en la Península Ibérica, correspondiendo el resto a los archipiélagos de Canarias (océano Atlántico, frente a la costa sahariana) y Baleares (mar Mediterráneo); las ciudades de Ceuta Melilla (norte de África); y los pequeños enclaves de las islas Chafarinas, la isla de Alborán, el peñón de Alhucemas y el peñón de Vélez de la Gomera (norte de África).

La variedad natural y humana se puede sintetizar de la siguiente manera:

Geomorfológica. La conformación geológica permite diferencias varios tipos de relieve: macizos antiguos (primaria); cordilleras jóvenes (terciaria); depresiones y cuencas sedimentarias (terciaria); llanuras litorales (finales terciaria y cuaternaria); zonas volcánicas (terciaria y cuaternaria).

Litológica. En el roquedo se pueden diferenciar tres iberias: silícea, caliza y arcillosa; a las que se puede añadir una cuarta: volcánica.

Climática. Hay una diversidad de tipos de climas (mediterráneo, oceánico, montaña y tropical) y variedades en el más extendido (mediterráneo), derivada de factores como la latitud, la altitud, la cercanía y lejanía del mar, la disposición del relieve, etc.

Biogeográfica. Los factores climáticos, del suelo o del relieve permiten diferenciar entre la España húmeda y la seca, con dominios vegetales diversos que van desde formaciones boscosas a otras adaptadas a la sequedad.

Paisajes agraria. Se pueden distinguir cuatro grandes conjuntos: el atlántico, de carácter húmedo y con predomino de bosques y prados; el mediterráneo del interior, con predominio de los cultivos de secano de cereales, vid y el olivo; el mediterráneo costero, con predominio del regadío para productos hortofrutícolas muy variados; y el tropical canario, con productos de regadío más específicos.

Asentamientos humanos. A los contrastes entre el medio rural y el urbano, hay que añadir el mayor grado de urbanización y densidad de población en las zonas costeras sobre las del interior; y diferencias en el sistema de asentamiento entre la mitad septentrional y la meridional.


4.  España en Europa y el mundo

España en la Unión Europea

Los primeros contactos con la Comunidad Económica Europea (CEE) datan de 1962, cuando se solicitó por parte del gobierno español la apertura de negociaciones, que culminó en 1970 con la firma de un Acuerdo Preferencial. No obstante, la dictadura fue el obstáculo principal para que desde la CEE se rechazara la integración. Una vez celebradas las elecciones de 1977 se reanudaron las negociaciones, para lo que se creó un ministerio específico. En 1985 se firmó el tratado de adhesión, que se hizo efectiva en 1986, ya dentro de la Comunidad Europea. Ceuta, Melilla y Canarias mantienen un status especial: exención de algunos impuestos y aranceles, y no aplicación de la PAC.

Desde entonces España ha participado en el proceso de construcción europea, destacando, entre otros: el tratado de Maastricht (1992), que dio origen a la Unión Europea y sentó las bases de la integración monetaria (en vigor desde 2002); y el tratado de Lisboa (2007), que ha ampliado las competencias de la Unión sobre los estados. El resultado más significativo ha sido la integración política y económica en un marco supranacional que constituye la segunda potencia económica del mundo.

Nuestra integración supone la presencia en las distintas instituciones (Parlamento, Comisión, Consejo Europeo, Tribunal de Justicia…), la acomodación de parte de la legislación dentro del derecho comunitario, la pertenencia a un mercado común con fronteras comunes, la aplicación de políticas comunes en algunos sectores económicos (agricultura, pesca, carbón y acero, etc.), el establecimiento de un impuesto indirecto común (IVA) o una moneda única (euro).

La incorporación en la CE/UE ha supuesto la integración en un ámbito económico muy dinámico y la modernización del país dentro de los países más avanzados. Dicha integración se concretó, de un lado, en la recepción de ayudas (fondos de cohesión y fondos estructurales) y, de otro, en la participación en la dinámica económica comunitaria. Los sectores productivos más afectados fueron el lácteo, la minería, el carbón, la siderurgia y los astilleros. Los más beneficiados, la agricultura (hortalizas, frutas, olivar) y el turismo. A su vez, España ha sido uno de los países que más se han beneficiado de los fondos de ayuda: estructurales, destinados a las regiones con rentas más bajas; y los de cohesión, para la financiación de infraestructuras (transportes y medio ambiente), destinados a los países con una renta inferior a la media comunitaria.

España en un mundo globalizado

Los condicionantes geográficos y políticos han influido en hacer de España un país con tendencia al aislamiento durante los dos últimos siglos. Durante la dictadura franquista se acentuó esa tendencia, si los años 60 permitió una apertura hacia el exterior, facilitado por el turismo, el comercio exterior y la incorporación en las instituciones internacionales. Desde los años de la transición y s.t. los 80 la apertura se ha acentuado: incorporación a nuevas instituciones internacionales (OTAN, CE/UE), mayor protagonismo en las instituciones internacionales (junto a anteriores, UNESCO, FMI, OCDE, OIT…) y mayor presencia de las empresas españolas en otros países. Todo ello dentro del proceso de globalización mundial, intensificado desde los años 90 con la caída del bloque oriental.

La evolución del PIB per capita ha pasado de un 75% de la media europea en 1970 a un 87% en el siglo XXI. La tasa de crecimiento medio anual ha sido alta, aunque ha decaído en los últimos años como consecuencia de la crisis económica. El comercio exterior ha conocido un incremento espectacular, si bien se mantiene el déficit crónico de la balanza comercial. La balanza de pagos, a su vez, sigue deficitaria y compensada por el turismo. El 70% de nuestro comercio está orientado a la UE y en menor medida Latinoamérica, China, EEUU…

Una de las novedades es la mayor presencia de empresas españolas en el exterior, preferentemente en el continente latinoamericano, y concretado en las actividades bancarias, energéticas, las telecomunicaciones o los transportes.



Temario para el curso 2017-18

1. EL RELIEVE ESPAÑOL. Caracteres generales. La variedad litológica. El proceso de formación. Las costas españolas.

2. LAS GRANDES UNIDADES DEL RELIEVE. Las Meseta y sus unidades interiores. Los rebordes montañosos de la Meseta. Los sistemas y unidades exteriores. Los relieves insulares.

3. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL CLIMA EN ESPAÑA. Los condicionantes básicos. Los elementos climáticos y su distribución espacial. Los factores climáticos.

4. LOS DOMINIOS CLIMÁTICOS EN ESPAÑA. Los fundamentos de la diversidad climática española. Los principales tipos de clima y sus características. La distribución geográfica de los climas de España.

5. LAS AGUAS Y LA RED HIDROGRÁFICA. Las vertientes hidrográficas españolas. Los ríos y las cuencas hidrográficas. Los regímenes fluviales. Uso y aprovechamiento de las aguas.

6. LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS DE ESPAÑA. Factores de la diversidad biogeográfica. Características de las regiones biogeográficas. Formaciones vegetales de la España peninsular e insular. La intervención humana y sus  consecuencias geográficas.

7. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. Los efectivos demográficos y su evolución. La densidad y la distribución espacial. Los factores explicativos de la densidad y la distribución.

8. DINÁMICA Y ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. La dinámica natural. Los movimientos migratorios. Estructura y  composición de la población. Los problemas demográficos.

9.  EL PROCESO DE URBANIZACIÓN DE ESPAÑA Y EL SISTEMA DE CIUDADES. Principales etapas del proceso de urbanización en España. El sistema interurbano: jerarquía, funciones y zonas de influencia. Principales áreas y ejes urbanos.

10.  MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA.  El plano de la ciudad. Principales rasgos morfológicos de la  ciudad en España. La estructura urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad.

11.  EL ESPACIO RURAL. Los condicionantes de la actividad agraria en España. Uso y aprovechamientos agrarios. La influencia de la Política Agraria Común. Nuevos usos y funciones del espacio rural.

12. LOS DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS. Los condicionantes del paisaje agrario. Dominios y paisajes de la España atlántica. Dominios y paisajes de la España mediterránea (interior y litoral). Otros paisajes agrarios.

13. LA ACTIVIDAD PESQUERA EN ESPAÑA. Significado de la pesca en España. Regiones pesqueras en España y principales caladeros. La importancia creciente de la acuicultura.

14. LA INDUSTRIA EN ESPAÑA.  El proceso de industrialización y sus hitos más recientes. Factores de la actividad industrial. Principales sectores industriales en la actualidad. Distribución geográfica de la industria en España.

15. EL TRANSPORTE EN ESPAÑA Y SU PAPEL EN EL TERRITORIO. Las redes de transporte como elemento básico de la articulación territorial y económica de España.  Sistemas y medios de transporte en España. Los nuevos sistemas de transporte y comunicaciones en España.

16. EL TURISMO EN ESPAÑA.  El significado del turismo en la geografía y sociedad española. Los caracteres de la oferta turística y los tipos de turismo. Las principales áreas turísticas en España. Consecuencias geográficas del turismo en España.