1. Las vertientes hidrográficas españolas
La divisoria que separa las vertientes atlántica y cantábrica de la mediterránea se sitúa entre el este de
Vertiente cantábrica
Están condicionados por el relieve, de manera que la proximidad del mar los hace cortos y la altitud les confiere fuertes pendientes. Tienen un elevado caudal relativo, derivado de la abundancia de precipitaciones, careciendo de estiajes acusados. Los principales ríos son: Bidasoa, Nervión, Nalón, Navia, Eo…
Vertiente atlántica
Ríos gallegos: tienen rasgos similares a los cantábricos; son cortos, caudalosos y sin apenas estiaje; destacan: Tambre, Ulla y Miño.
Ríos meseteños: son largos y de pendiente suave durante la mayor parte de su recorrido por su adecuación al relieve llano de
Ríos de la costa andaluza del SO: tienen rasgos similares a los meseteños, pero con un estiaje más acusado por las altas temperaturas; destacan: Odiel, Tinto, Guadalete y Guadalquivir; éste recibe de su afluente Genil aguas de deshielo de Sierra Nevada.
Vertiente mediterránea
Existe una gran desigualdad entre ellos, especialmente por la presencia del río Ebro. Éste es el de mayor longitud, caudal y regularidad; recibe aportes de los Pirineos (Aragón, Gállego, Cinca, Segre) y el Sistema Ibérico (Jalón y su afluente Jiloca); tiene importancia el factor nival.
En las costas levantina y andaluza los ríos son en general más cortos y poco caudalosos; tienen una gran irregularidad, sufriendo fuertes estiajes; coexisten con cursos que llevan aguas ocasionalmente en forma de ramblas o torrentes; destacan: Mijares, Turia, Júcar, Segura, Almanzora, Andarax, Guadalfeo, Guadalhorce, Guadiaro…
En la costa catalana los ríos tienen un mayor caudal, a la vez que la irregularidad es menos acusada, por lo que carecen de estiajes acusados; destacan el Ter y el Llobregat.
2. Los ríos y las cuencas hidrográficas
Duero. Nace en los Picos de Urbión (Sistema Ibérico, Soria) y desemboca en Oporto (Portugal). Es el río de
Tajo. Nace en la sierra de Albarracín (Sistema Ibérico, Teruel) y discurre entre el Sistema Central y los Montes de Toledo, pasando por Aranjuez o Toledo. Desemboca cerca de Lisboa, formando un estuario. Es el más largo (
Guadiana. Nace de la confluencia de aguas subterráneas en los Campos de Montiel (Ciudad Real), cerca de las Lagunas de Ruidera. Tiene una longitud de
Guadalquivir. Nace en
Ebro. Nace en Fontibre (cordillera Cantábrica, Cantabria), pasa por Logroño y Zaragoza, y desemboca cerca de Tortosa (Tarragona), formando un delta. Es el más caudaloso y tiene una longitud de unos
Segura, Júcar y Turia. No tienen mucha longitud y su caudal es reducido. Su régimen es pluvial, con gran irregularidad y un fuerte estiaje en verano. El Segura riega las huertas de Murcia y Alicante, y el Júcar y el Turia, la valenciana.
Regímenes de montaña
Nival. Propio de las zonas más altas de montaña y con una extensión muy reducida. Se localizan sobre todo en los Pirineos. Mantiene su caudal helado durante buena parte del año, aumentando al final de la primavera y principios del verano.
Nivo-pluvial y pluvio-nival. Se mezclan los dos factores, diferenciándose por el momento del año en que se inicia el deshielo: al final de la primavera, en el primer caso; y al principio, en el segundo. Es propio de las cabeceras de los principales ríos.
Régimen pluvial oceánico
El principal condicionante es la abundancia de lluvias anuales, lo que conlleva una gran regularidad en el caudal, aunque con un descenso en la estación estival. Es característico de los ríos gallegos y cántabros.
Regímenes mediterráneos
Pluvial levantino. Es el más irregular de todos. Presenta los máximos de su caudal en otoño, coincidiendo con las lluvias derivadas de la depresión mediterránea, y los mínimos durante el verano. Es el propio de la vertiente mediterránea, con excepción del Ebro, que presenta unos rasgos más variados, derivados de la alta pluviosidad en su cabecera, las aguas provenientes del deshielo de las cumbres o la aridez de la depresión por donde discurre.
4. Uso y aprovechamiento de las aguas
En nuestro país existe una larga tradición para resolver los recursos limitados que existen en la mayor parte del territorio, como consecuencia de sus bajas precipitaciones y la sequía veraniega. A principios del siglo XX se impulsó la construcción de obras públicas, y durante
Desde los años ochenta de ha desarrollo una legislación específica, que ha variado en su contenido según el grupo político gobernante. Destacan
Formas de aprovechamiento
Embalses y azudes. Regulan el cauce de los ríos, a la vez que permiten el abastecimiento de agua y la obtención de electricidad. Plantean problemas medioambientales. Los azudes son presas de agua pequeñas. Tradicionalmente se han destinado al suministro de agua en zonas de regadío.
Acuíferos. Son embolsamientos de agua subterránea producidos por filtración. Abundan más en las zonas calizas, por la permeabilidad de sus suelos. Han sido objeto de explotación tradicionalmente mediante pozos y fuentes. Se contabilizan en torno a 500, con diferentes estimaciones sobre su capacidad. Sufren una explotación intensiva, lo que está ocasionando que muchos estén desapareciendo o estén en riesgo de ello. El mayor grado de sobreexplotación se da en el arco mediterráneo, y los valles del Guadalquivir y Guadiana.
Trasvases. Existe una larga tradición en la realización de proyectos, que vienen incluso de
Plantas desaladoras. De aparición reciente y en aumento. Su producción representa el 5% del consumo, encontrándose España en el puesto quinto del mundo. Están ubicadas en mayor medida en Canarias, la costa suroriental de Andalucía y otras zonas de la costa mediterránea. Conllevan elevados costes de producción y problemas ambientales (coste energético, emisión de CO2).
El consumo de agua en la actualidad
Existe una mayor presión en las zonas costeras, donde confluyen diversos factores como la mayor densidad de población; la intensificación del proceso de urbanización, que es mayor en la costa mediterránea y los archipiélagos, y está muy relacionado con el turismo; y la agricultura de regadío, que se reparte en mayor medida entre las cuencas de los principales ríos y la costa mediterránea.
En el reparto por actividades y usos, el sector primario ocupa el mayor peso del consumo de agua: 75%; el resto de usos resulta menor: doméstico, 12%; industria, 10%; y servicios, 3%.
España se encuentra entre los principales países consumidores de agua per capita, a lo que no resulta ajeno el empleo de sistemas de regadío que la emplean en demasía y la presión de las zonas turísticas (viviendas, campos de golf…). Andalucía ocupa el primer lugar entre las comunidades en términos absolutos (25%). Tiene relación con el importante peso que juega en su economía el sector primario y el turismo.
El balance hídrico, que relaciona los recursos de agua y el consumo humano, resulta en general positivo, pero su distribución territorial es desigual. En las cuencas del norte y noroeste se alcanzan los mayores niveles favorables, disminuyendo hacia el sur y hacia el este. En las cuencas del cuadrante sureste y los dos archipiélagos el balance es negativo, precisamente donde el caudal de los ríos es menor y presión del regadío mayor.